La escuela es algo primordial para un niño, pero te has preguntado cómo funcionan las escuelas en otros países? ¿Cómo son las materias, las calificaciones y los horarios en los Estados Unidos differente que en Honduras? Cuando llegue a los Estados Unidos, me hice esa pregunta.
Mi experiencia en mi primera escuela en San Francisco fue algo confusa. Las clases, el tiempo en clase, y los horarios eran algo muy diferente. Poco a poco, me acostumbré a la rutina, pero los cambios fueron muy notables.
Durante mis años de escuela en Honduras, yo vivía en el departamento de Choluteca en una aldea muy tranquila. Ahí pasé mis 6 años primarios de estudio.
Yo asistía en el Horario Vespertino, que quiere decir que yo iniciaba mis clases a las 12:30 del mediodía y salía a las 5:30. Durante mi mañana libre, hacía muchas cosas. Primero, me iba a quebrar el maíz y después regresaba a hacer las tortillas. Me gustaba cocinar desde que era pequeña, y con esto mantenía mi mañana ocupada. Ya llegando el mediodía, me arreglaba para irme a la escuela.
Durante el Horario Vespertino, solo asistía 2 o 3 clases. La Sr. Rosa era mi maestra asignada con la cual tuve 5 de 6 años de escuela primaria. Ella era la única maestra que yo tenía, daba 6 clases.
Cuando llegue a los Estados Unidos, me sentí muy confundida porque cuando fui a mi primer día a Middle School, tenía que cambiar de salón y un nuevo maestro cada hora. Fue raro para mi, porque en mi país nunca tuve que cambiar de clases, y estaba acostumbrada a hacer actividades en el horario de la mañana. Ahora, tenía que despertarme temprano y estar aproximadamente 8 horas en la escuela.
Durante mis primeros meses en los Estados Unidos, no les mentire que a veces no quería llegar a la escuela. Poco a poco, me fui adaptando al nuevo horario. Fui entendiendo que todo era distinto, me despertaba comía, el desayuno.
También, había algo que en verdad me frustaba era el transporte. Tenía que tomar 2 buses y un tren. En Honduras, solo tenía que caminar 10 minutos y ya había llegado a mi escuela. Eso fue lo más difícil que tuve que adaptarme. No conocía los buses muy bien y eso me molestaba mucho y no quería ir a la escuela pero no tenía otra opción.
Ahora, tengo tres años en los Estados Unidos, y me he adaptado bien a la rutina que se lleva aquí. Ya todo me parece fácil, pero no del todo. Todavía tengo mucha dificultad en mis clases, por ejemplo, el inglés es algo que todavía me cuesta hablar.
Todo lo que les acabo de comentar me ha enseñado que puedo adaptarme en cualquier circunstancias. También, me enseñó para tener una mejor visión de las cosas, ser más responsable con mis objetivos. A pesar que el cambio sea muy complicado, cuando tu quieras, siempre puedes adaptarte a tu nuevo entorno.